Iván IV de Rusia, príncipe de Moscovia quiso que Moscú se convirtiera en la "tercera Roma", por lo que dedicó toda su vida a hacer que su ciudad fuera la sucesora de la Roma y la Constantinopla imperiales.
Sin embargo, la crueldad del príncipe empeñó sus logros, pasando a la historia con el sobrenombre de "Iván el Terrible".
Terrible, no se corresponde totalmente al término ruso original, pero sea como sea, Ivan IV de Rusia hizo toda clase de méritos para ganarse esa imagen tan negra que la historia ha conservado de él.
Iván, llegó al trono con tan sólo tres años, en 1533. Su infancia la pasó viendo cómo la nobleza de los boyardos se repartía los bienes y cargos públicos en medio de continuas y constantes disputas y crisis políticas. Su madre había sido la administradora anterior del reino, pero sólo estuvo cinco años porque fue envenenada por clanes boyardos que se disputaban el poder.
Iván sufría humillaciones de los boyardos y estos hechos comenzaron a ensombrecer su carácter. Fue recluido en el palacio del Kremlim, donde estuvo viviendo casi como un mendigo, lo que generó en el príncipe un gran odio hacia los boyardos y tuvo como consecuencia las constantes persecuciones y matanzas que organizaría en contra de estos clanes.
Sufrió en esos primeros años desvaríos mentales, que se convirtieron en irreversibles, lo que le llevaba a dar rienda suelta a su ira torturando y arrojando perros desde las torres.
Ya desde aquellos tiempos, muchos anhelaban el restablecimiento de un poder central fuerte, entre ellos el obispo de Moscú, Macario, que se había convertido en el principal asesor del rey. Iván estudiaría retórica de mano de este obispo, era profundamente religioso.
A los 13 años, Iván comenzó a ser respetado, ordenando a un grupo de leales suyos que capturaran al príncipe Andrey Shúisky para arrojarlo a una jauría de perros, que lo despedazaron.
A los 16 años leía muchos libros, destacando en escritura, era muy corpulento y musculoso.
Cuando Iván tenía 17 años tomó las riendas del país.
Quería dar una vía de escape a las ambiciones de los aristócratas y se puso al frente del ejército en una serie de campañas contra los kanatos musulmanes del río Volga y el mar Caspio. Con aquellas batallas conquistaría Kazán, Astracán y Azov, en el mar de Mármara.
Iván, después trató de abrir para Rusia una salida al mar Báltico, pero la guerra de Livonia duraría décadas.
Mientras tanto, Iván había impulsado la centralización del gobierno bajo el signo de un absolutismo que le llevaría a apropiarse del título de "zar", que es el equivalente ruso de "césar", de acuerdo con la idea de que los soberanos rusos eran los sucesores de los emperadores bizantinos derrocados por los turcos en 1453 y de que Moscú era una "tercera Roma".
Se casó al menos siete veces, pero el matrimonio más importante sería el primero, con Anastasia Románovna Zajárina en 1547, cuando ésta murió en 1560 el autoritarismo de Iván IV se acentuaría, mostrando los primeros síntomas psicopáticos que después se agravarían y llevarían a cometer toda clase de atrocidades y una religiosidad exacerbada y próxima al delirio.
Cualquier oposición a sus designios autoritarios era barrida con métodos más expeditivos.
Creó la Oprichnina, receloso ante cualquier peligro de conspiración y revuelta hasta puntos enfermizos.
La Oprichnina sirvió como instrumento de un verdadero y absoluto terrorismo de Estado. Era una porción de territorio ruso controlado directamente por él, lo que designaría el periodo de poder más cruel del monarca, además de su propia guardia personal, los "oprichniks", famosos por su despiadada crueldad contra la población.
Entre 1560 y 1564, valiéndose de los "Streltsí" (cuerpo militar también creado por el monarca) y para reforzar su poder frente a la aristocracia, desencadenó una sangrienta represión contra los boyardos y el clero, prescindiendo de los consejeros de la Rada. También atacó y devastó en 1570 las antiguas ciudades libres de Novgorod y Pskov, y, en 1581, dio muerte a su primogénito, probablemente por un ataque de cólera.
Con la Opríchnina causó al menos 10.000 muertos. Muchos campesinos se vieron obligados a emigrar hacia otras regiones más tranquilas. Aniquiló el comercio y dejó al país arruinado, resistiéndose la economía rusa durante años. Este ejemplo de Iván el Terrible lo tomarían después Pedro I de Rusia y Stalin, para cometer sus propias purgas entre la población.
Además de matar a muchos de sus enemigos, también mató a varios de sus amigos, lo que hizo que se volviera todavía más psicópata. Esa locura final del zar hizo que se refugiara en creencias paganas y brujeriles.
Casi al final de su vida conquistaría Siberia (1581-1583), después la cuenca del río Obi, estando al mando de las tropas el cosaco Yermak Timoféyevich, ocupando el khanato de Sibir, que daría nombre al territorio.
Fue derrotado en la guerra con Livonia y se vio obligado a entregar a Suecia las regiones de Ingria y Carelia Meridional, además de devolverle Polonia a la región de Livonia.
Murió la mañana del 18 de marzo de 1584 y fue enterrado en la catedral de San Miguel Arcángel. Su hijo menor Fiódor I de Rusia lo sucedió en el trono.
Tras su muerte dejaba una Rusia destrozada y sólo sería levantada nuevamente con la dinastía de los Romanov, a principios del siglo XVII.
También piensan algunos expertos que su muerte pudo ser provocada por los boyardos envenenándolo, ya que murió cuando se disponía a jugar una partida de ajedrez. Su madre había muerto años antes envenenada y sus restos también muestran una cantidad elevada de mercurio. Existen referencias que indican que Iván tomaba pequeñas cantidades de mercurio contra su sífilis periódicamente.
Iván IV se ganó el sobrenombre de "IVán el Terrible" merecidamente.
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