En plena guerra civil española, 795 presos se fugaron de este penal, que era uno de los más duros del régimen franquista. De los fugados, 585 fueron capturados, 210 asesinados y tan sólo 3, consiguieron pasar la frontera.
El Fuerte de San Cristóbal nunca fue usada con fines defensivos hasta la finalización de la Revolución de octubre de 1934. Centenares de prisioneros asturianos y eibarrenses fueron encerrados allí. Estaban en muy malas condiciones, falta de higiene y salubridad. Se solicitó el traslado de los 750 presos por parte de los ayuntamientos y finalmente se iniciaron aunque muy lentamente.
Pero en febrero de 1936, después del triunfo del Frente Popular, se decretó una amnistía para los presos políticos y allí habían 400. Cuando salieron, todos ellos denunciaron las condiciones en las que estaban y culpabilizaban al ex ministro de Justicia Rafael Aizpún.
Después del golpe militar de julio de 1936, Navarra quedó bajo el control de los sublevados y "El Fuerte de San Cristóbal" volvió a llenarse de presos. En poco tiempo eran cerca de 2.000. La mayoría eran navarros y riojanos que cuando se les anunciaba la "puesta en libertad", eran abatidos al descender por el monto.
Murieron durante los anos en los que estuvo abierto el penal muchos presos, hay constancia de al menos 305 que fallecieron en aquel lugar por motivos como "anorexia", "paros cardíacos", "tuberculosis", etc.
En un principio, con la dictadura no pudieron hablar, después, el "pacto de silencio" de la transición, que no quiso que se conociera esta historia, pero finalmente, han podido hablar.
Aquella evasión fue de una magnitud no conocida en España hasta ese momento. De los 2.500 presos aproximados que habían en el penal, se fugaron 795, de los que 207 murieron en la fuga, 585 fueron capturados (14 condenados a muerte y fusilados) y tres, pudieron alcanzar la libertad cruzando la frontera y llegando a Francia.
Un grupo de unos veinte presos se hicieron con el control del fuerte tras reducir a los guardias del penal y a los 92 soldados de la guardia exterior. La mayoría de los presos se enteraron de la fuga una vez que ésta, estaba en marcha.
Leopoldo Pico fue el artífice del plan de fuga, después sería fusilado al ser capturado.
Los presos aprovecharon para coger las armas de los soldados y atacar el único punto de resistencia del fuerte, que eran las garitas de vigilancia.
Después de unos minutos, se hicieron con el control de la prisión.
Los hombres de Pico invitaron a salir a los presos abriendo las puertas de las galerías y casi todos salieron corriendo, pero otros regresaron a sus celdas porque presentían que aquella fuga no tenía posibilidades de éxito sin un apoyo exterior. Además de que su única ventaja, que era la sorpresa, desaparecería casi inmediatamente con la huida de dos centinelas de las garitas de vigilancia.
Pico, tenía 27 años y había nacido en Rasines - Cantabria. Desde allí se trasladó con su familia a Bilbao y allí trabajaría en Euskalduna. Era uno de los dirigentes del Partido Comunista en Bilbao y vivía en una casa del partido en la calle correo. En aquella casa se reunía con algunos responsables del partido y con Dolores Ibarruri "La Pasionaria".
Él, había organizado la fuga y moriría fusilado antes del juicio. Según el fiscal, en el monte y según la versión de los fugados, ejecutado en una habitación de la prisión nada más ser capturado.
Concha Mazo Mendieta, esposa de Leopoldo Pico, dice que estuvo preso tras la "revolución de octubre". Después durante la guerra lo volvierona encarcelar.
Cuando aquel día logró escapar junto a sus compañeros gritó con todas sus fuerzas: "¡Viva la libertad!".
En aquella prisión, los presos soportaban toda clase de vejaciones, como malnutrición, malos tratos, hacinamiento.
Tanto en los libros como en el documental hay más testimonios.
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