Era muy bella y cultivada, pero pocas reinas han tenido una vida más trágica que María Estuardo.
Nació en 1542 en Linlithgow - Escocia, que era uno de los territorios más periféricos y atrasados de Europa.
Su país vecino, Inglaterra, era mucho más rico y moderno, con una potencia amenazadora que pretendía conquistar el reino del norte.
Escocia se alió con Francia, que era el tradicional enemigo de Inglaterra y cinco años después María Estuardo se marchó al país galo como prometida del Delfín. Allí estuvo los siguientes trece años, que fueron los más felices de su vida.
El 19 de agosto de 1561, María Estuardo volvió a Escocia para ejercer el poder que le correspondía, pero carecía de la determinación necesaria para tomar decisiones importantes.
Fue depuesta del trono de Escocia y estuvo privada de poder. Se quedó viuda tres veces. Fue perseguida y pasó prisionera 18 años.
Finalmente fue condenada a muerte por conspirar contra la vida de la reina de Inglaterra y contra la seguridad del reino. La sentencia se cumplió el 15 de octubre de 1586.
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