El mito de la búsqueda del Grial

Son más de ochocientos años los que la "búsqueda del Grial", lleva alimentando la imaginación literaria en Europa.

Chrétien de Troyes, en el relato original, recoge lo que seguramente era una tradición céltica que después se ha ido matizando al cristianismo en cada una de las diferentes elaboraciones medievales de esta leyenda.

La leyenda tiene como protagonista a un joven muy educado por su madre en un ambiente de total aislamiento. En un momento de su vida se tropieza con un grupo de caballeros que despiertan en él la necesidad de convertir su vida a la de los caballeros.

Se educa junto a un maestro de armas y protagoniza sus primeras batallas, pero tiene un sueño que lo hace volver a casa con su madre. En ese viaje de retorno se le aparece un castillo fantástico, situado en el fondo de un valle al que accede gracias a los consejos que le da un pescador.

Ese pescador, pero ahora vestido como un príncipe, lo recibe en el castillo y le ofrece una cena.

En el transcurso de esa cena se producen dos escenas que dejan atónito al joven caballero: la primera es, que un criado atraviesa la sala portando una lanza de la que emana sangre y la otra, una hermosa doncella, que hace el mismo camino llevando con ella un "grial" deslumbrante.

El joven sigue los consejos que un día le dio su madre y prefiere no hacer preguntas al anfitrión, pero al día siguiente se encuentra solo en el palacio y una doncella le reprocha su apocamiento.

Después de este reproche, el joven caballero queda muy abatido y acude a la corte del rey Arturo. Allí reacciona y decide dedicar toda su vida a la búsqueda del Grial.

El "Grial" se ha interpretado de muchas maneras por numerosos autores desde que Chrétien de Troyes comenzara esta leyenda. En un principio, se trataba de un plato, pero el poeta alemán Wolfram von Eschembach lo convirtió en una piedra mágica. Otros lo imaginaron como una copa.

Finalmente, su enigmático significado terminó recibiendo matices en la lectura cristiana y entonces fue cuando se considero que el Grial era la copa en la que se recogió la Sangre de Cristo, mientras que la lanza sangrante era la del centurión romano que hirió a Jesús en su pasión.