Es uno de los cementerios más famosos de París y del mundo.
Lo forman una red de túneles y cuartos subterráneos que durante la época romana fueron minas de piedra caliza (antiguas canteras de la Tombe Issoire), posteriormente, en el siglo XVIII, estas minas fueron convertidas en un cementerio o se puede decir que fosa común.
Aunque sea un poco escabroso, es un lugar muy visitado por los turistas, aunque sólo se puede acceder a las minas del decimocuarto o "arrodissement" (decimocuarto municipio). Sin embargo, las catacumbas ocupan 300 kilómetros por todo París y sólo se puede visitar un kilómetro y medio.
A las zonas permitidas sólo se puede acceder con un guía, ya que es muy fácil perderse porque abundan los pasadizos estrechos. También hay muchos accesos secretos por donde entrar a las catacumbas, pero muy pocos son los que se han atrevido a entrar.
Muchos de estos estrechos pasadizos tienen los techos muy bajos y suelen inundarse con las lluvias, lo que hace todavía más peligroso aventurarse a entrar en ellas por tu cuenta. fue a partir del 2 de noviembre de 1955, cuando se consideró ilegal cualquier visita sin escolta oficial.
"Rue de la Voie Verte" - Inundada parcialmente |
En el año 1786, Monsieur Thiroux de Crosne, teniente general de la policía y Monsieur Gillaumont, inspector general de las minas, establecieron que las minas fueran utilizadas para el almacenaje de huesos, ya que los cementerios de la ciudad tenían exceso de restos humanos.
Pero además de la acumulación de huesos, las enfermedades por contaminación jugaron un papel muy importante para que esas minas se convirtieran en catacumbas. Distritos como el de "Les Halles", estaban sufriendo estas contaminaciones producidas por el inapropiado manejo de los cadáveres del cementerio des "Saints - Innocents" (Cementerio de los Santos Inocentes).
Los primeros restos humanos se trasladaron desde el cementerio Saint Nicolas des Champs. Después, entre el 28 y 29 de agosto de 1788 se pondrían en las catacumbas los cadáveres de las muertes causadas en Place de Gréve, Rue Meslée y Hôtel de Brienne.
En el año 1871, un grupo de monárquicos fueron asesinados por la comuna de París en una de las cámaras.
En estas catacumbas se encuentran los restos de seis millones de personas, para lo que se necesitaron más de 100 años. Sus paredes están cubiertas de grafitis desde el siglo XVIII en adelante.
Desde que estas minas fueran utilizadas como catacumbas, han pasado a formar parte de la historia también por otros hechos.
Victor Hugo basaría su novela "Los Miserables" en estas paredes llenas de huesos.
Cripta |
La resistencia francesa se ocultó entre todos estos cadáveres durante la II Guerra Mundial para no ser detectados y posteriormente, los alemanes la utilizarían para instalar un búnker subterráneo debajo del Lycée Montaigne, una escuela de secundaria. El sitio para ese búnker fue el sexto arrondissement.
Este lugar tan aterrador también ha sido objeto de rituales siniestros, misas negras y otros ritos satánicos, motivo por el que también se prohibió la entrada libre cuando las autoridades descubrieron restos de esos rituales.
El recorrido de las Catacumbas de París comienza en la Plaza Denfert-Rochereau y al entrar, hay que bajar unas escaleras que quienes han ido, dicen que son casi interminables. Desde ahí llegas a una exposición para ubicar el lugar donde estás y entonces comienza el largo recorrido. Primero hay que caminar por un pasillo muy largo con poca luz, llegando a una zona más grande donde se puede visualizar cómo fueron aquellas canteras en la antigüedad.
Después llegas a una sala que tiene un poco de más luz y desde allí cuentan, que empieza la parte más impresionante o aterradora. Se puede divisar en la pared el epígrafe del poeta Jacques Dellile: "¡Párate! Aquí está el Imperio de la Muerte".
¡Párate! Aquí está el Imperio de la Muerte" |
Durante todo el año, las catacumbas tienen una temperatura de 11 grados. Los huesos se encuentran apilados de mayor a menor y los cráneos también están apilados de manera ordenada. Todos estos huesos se encuentran a los dos lados de las paredes, muchas de ellas de un metro de ancho.
¡Quién sabe lo que podrían contar esas paredes!
Este artículo también se ha publicado en Destylou - Misterios
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