Nació en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, en España, el 16 de diciembre de 1485.
Era la hija menor del rey Fernando II el Católico y de la reina Isabel I la Católica.
Era muy inteligente, con muchas capacidades tanto morales como intelectuales. Fue educada bajo el catolicismo y sabía varias lenguas romances de la península ibérica, flamenco, francés, inglés y latín. También estudio música y danza.
Catalina tenía seis años cuando contempló la toma de Granada y allí se quedó a vivir con sus padres, ya que los Reyes Católicos siempre consideraron a Granada como la capital de su España.
Años más tarde se trasladó con su familia a Santa Fe, para contemplar los avances políticos de España como potencia universal en contra de Francia, con lazos matrimoniales como Juan y Juana con los Habsburgo; Isabel y María con Portugal y Catalina con Inglaterra.
Los Reyes Católicos querían aislar a Francia y para ello creaban alianzas con otros países poderosos. En el tratado de Medina del Campo el 26 de marzo de 1489, fue prometida con Arturo de Gales, cuando contaba con cuatro años de edad.
Arturo era el príncipe de Gales, hijo de Enrique VII (fundador de la dinastía Tudor) y hermano de Enrique VIII.
Catalina abandonó la Alhambra, algo que le causó mucho pesar porque allí había pasado toda su niñez y adolescencia, pero a los 15 años, el 17 de agosto de 1501, tuvo que viajar.
Fue en barco hasta La Coruña, para después llegar a Inglaterra, pero en el golfo de Vizcaya tuvieron problemas con el barco y tuvieron que fondear en el puerto de Laredo. Iniciarían de nuevo el viaje el 27 de septiembre de ese mismo año.
Después de un mes de viaje, llegó al puerto de Plymouth, donde la recibió el obispo de Bath en representación del príncipe.
Ella nunca conoció al príncipe Arturo hasta su viaje a Inglaterra. Su boda se celebró el 14 de noviembre de 1501, en la catedral de San Pablo de Londres.
Arturo fue enviado al castillo de Ludlow en Shropshire para presidir el consejo de Gales y allí fue con su esposa, que ya era princesa de Gales.
El rey Enrique VII estaba encantado con Catalina y la boda que se había celebrado con su primogénito, tenía muy buena impresión de ella por su educación y formación.
Catalina estuvo muy poco tiempo casada con Arturo, ya que el príncipe siempre había sido enfermizo y pocos meses después de su boda, moría de una epidemia bautizada como "la fiebre del sudor", el 2 de abril de 1502. Aquella boda nunca llegó a consumarse y Catalina quedó viuda y virgen.
Con la muerte de Arturo, las coronas de España e Inglaterra se encontraban en una mala situación.
España había perdido una dote cuantiosísima y por parte de Inglaterra, perder a España como aliada le traería graves consecuencias, por lo que negociaron nuevamente el matrimonio de Catalina, esta vez con el príncipe Enrique, hermano del difunto Arturo, que tenía en ese momento 11 años.
Habían barajado la posibilidad de casarla con el propio Enrique VII, que era viudo desde hacía varios años, pero finalmente fue prometida con el príncipe.
Catalina testificó que debido a la juventud y carácter enfermizo del príncipe Arturo, su matrimonio nunca había sido consumado, hecho que fue certificado con una dispensa del Papa Julio II. De esa manera el matrimonio con el príncipe Enrique era posible.
Enrique VII de Inglaterra moría en 1509 y su hijo, asumió el reinado como Enrique VIII de Inglaterra, de la reciente dinastía Tudor, mostrando sus deseos de poseer cuanto antes a la princesa española.
Tan sólo dos meses después, el 11 de junio de 1509, Catalina fue desposada en la capilla Grey Friars. La princesa llevaba siete años prometida antes de casarse con el rey.
Fue coronada como reina el 24 de junio de 1509, a los 23 años de edad. El rey tenía 18 años.
En 1510 dio a luz a un hijo varón que murió tras el alumbramiento llamado Enrique, el 1 de enero de 1511, nacía otro hijo varón llamado también Enrique, que fallecía a los 52 días de su nacimiento.
En 1513 tuvo un aborto.
Catalina gobernó Inglaterra como regente mientras su esposo Enrique invadía Francia en 1513. La reina era muy popular y querida entre sus súbditos. Ella misma en persona cabalgó al frente de las tropas de reserva que derrotaron y dieron muerte al rey de Escocia en 1513.
Un año después, en 1514 tenían otro hijo varón llamado Enrique que moriría al mes de su nacimiento.
En 1516 nacía María I de Inglaterra, que más tarde sería reina de Inglaterra, de 1533 a 1558.
En 1518 Catalina tuvo otro aborto más.
Catalina y Enrique fueron muy felices durante 18 años, estaban enamorados y todo les iba bien, pero había un problema, el nacimiento de un varón se hacía esencial para el rey.
Para los Tudor, que eran una dinastía nueva, su legitimidad quedaba en entredicho si no había un heredero que pudiera gobernar. En Inglaterra nunca había gobernado una reina que tuviera éxito en su trayectoria (Guerra de las dos rosas 1455-1485).
El poderoso sobrino de Catalina, Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de España, visitó Inglaterra en 1520. La reina quería ganarse tanto su alianza como la de Francia y cuando el emperador volvió a España el 31 de mayo de 1520, Catalina lo acompañó a Francia, para una visita a Francisco I. Aquel encuentro se recuerda como el "campo de la tela de oro" por su esplendor. Pero a los dos años, se declaró la guerra con Francia.
El emperador Carlos V viajó nuevamente a Inglaterra para confirmar su alianza con Enrique VIII y al mismo tiempo, hablaron de los planes de matrimonio de la princesa María, hija de Catalina y Enrique VIII.
Por aquel entonces, aunque el rey quería mucho a Catalina, creía que el haberse casado con la viuda de su difunto hermano había hecho que les cayera una maldición y por eso no habían conseguido tener un hijo varón. Comenzó a distanciarse de la reina cada vez más y por aquel entonces conocería a Ana Bolena, de la que se enamoró profundamente.
En 1527, el rey solicitó la nulidad eclesiástica del matrimonio con Catalina a la Iglesia Católica. Su pretexto era la ilegalidad del matrimonio porque había sido celebrado entre cuñados.
En un principio, el papa Clemente VII estuvo a favor de aquella nulidad, pero después rectificó porque Catalina se negaba a separarse del rey, seguía enamorada de él. También hizo mucha fuerza el emperador Carlos V, que veía su estrategia muy comprometida si Catalina dejaba de ser reina de Inglaterra.
Hubo una gran epidemia que acabó con la vida de miles de ingleses. Por otro lado, los protestantes cada vez se reivindicaban más y el asunto de la nulidad del matrimonio de los reyes, se convirtió en una polémica sobre la primacía papal en la que participaron teólogos y hombres de letras.
Enrique se casó con Ana Bolena el 25 de enero de 1933, que ya estaba embarazada de la futura reina Isabel I. De esta manera, el divorcio de Catalina era automático.
Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury anulaba el matrimonio de Catalina y el rey el 23 de mayo de 1533.
En 1534 Enrique VIII se separaba de la obediencia a la Iglesia Católica de Roma, haciéndose reconocer como jefe supremo de la nueva Iglesia de Inglaterra.
Enrique aceptó que Catalina siguiera siendo la reina de Inglaterra, aunque ya estuvieran divorciados. Llegó a quererla tanto, que ese era el motivo por el que no le negó su título.
Catalina fue enviada a Ampthill, Buckden y finalmente al castillo de Kimbolton por orden real. Tuvo una fuerte depresión por la separación de su esposo y los disgustos de los acontecimientos durante el divorcio.
Cayó muy enferma y murió en el Castillo de Kimbolton el 7 de enero de 1536, a los 50 años de edad.
Ella tampoco quiso nunca renunciar a su título real, pese a la tristeza que le supuso la separación del hombre al que siempre quiso. Sin embargo, fue enterrada en la Catedral de Peterborough como Princesa Viuda en lugar de reina.
El funeral de Catalina fue muy nombrado y recordado.
Todos los 29 de enero, aniversario del entierro de Catalina, se hacen actos conmemorativos en la hoy catedral de Peterborough, que se hermanó como ciudad a Alcalá de Henares, lugar de nacimiento de la reina.
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