Es conocida la imagen de los vikingos como piratas despiadados que sembraban el horror por donde pasaban, gran parte de esa historia de crueldad y terror se debe a la literatura.
Pero en realidad, los vikingos eran marinos y comerciantes que impulsaron comercios y abrieron muchos horizontes para Europa.
Existen muchos hechos que justifican esa leyenda negra sobre algunos vikingos piratas y saqueadores de puertos y ciudades por toda Europa, como es el ataque al Monasterio de Lindisfarne, en la costa oriental de Inglaterra en el año 793 y que dio comienzo a la expansión vikinga por Europa.
También existen documentos de asaltos en el año 844 contra tierras gallenas y al-Andalus, hasta llegar a Sevilla, que fueron los primeros ataques en la península ibérica.
Los vikingos tenían navíos y armamentos asociados durante muchos decenios al terror y la amenaza imprevisible. Las ciudades y la realeza se intentaban defender doblegandose.
Atravesaban el mar desde sus "drakkas", llamadas así por los adornos con cabezas de dragón en sus proas y popas.
La actuación violenta de los vikingos aterrorizó a las antiguas comunidades que, aunque estaban acostumbradas a la guerra, tenían el problema de que no sabían cuando se producirían esos ataques, por lo que no podían prevenir ni prepararse.
Estos hechos crearon indirectamente un período de inestabilidad que favoreció a la descentralización política del feudalismo.
Aunque existan todos estos hechos históricos relacionados a esa parte terrorífica de los vikingos, no deben de incluirse únicamente de esa manera en la historia.
Entre ellos no existían diferencias sociales y el igualitarismo del que hacían gala llegó a impresionar a muchos contemporáneos del continente. Como ejemplo, unos franceses que les preguntaron a un grupo de vikingos que quién era su rey y ellos respondieron: "Ninguno, pues todos somos iguales".
Los vikingos procedían de Escandinavia, que era un territorio que había evolucionado económicamente. No eran una sociedad bárbara que se dedicara exclusivamente a la guerra.
En la sociedad vikinga, la agricultura era muy avanzada y el comercio bastante dinámico.
No recurrían siempre a la violencia y el terror en sus viajes por el Atlántico y el mediterráneo. Es cierto que buscaban ganancias fáciles y preferían conseguirla con transacciones o impuestos.
El papel de los vikingos en la historia de Europa entre los siglos IX y XI fue muy importante y de gran relevancia.
Algunas dinastías vikingas se establecieron de forma permanente en Inglaterra, Escocia, Normandía e Islandia, desde donde llegaron a las costas de Groenlandia y América del Norte.
Después entraron en Rusia por el este hasta alcanzar el mar Caspio y en el Mediterráneo se asentaron en Sicilia.
Aquellos asentamientos marcaron y cambiaron el sentido de la historia de Occidente.
Harald el Despiadado representó el último de los ataques, muriendo en la Batalla del Puente Stamford en el año 1066, mientras intentaba tomar posesión del Inglaterra.
El resto de incursiones vikingas finalizaron en 1100, acabando entonces la "Era Vikinga".
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