Han hallado un pasadizo secreto de 13 metros de longitud en la Catedral de Ávila.
Se ha considerado el hallazgo más importante desde hace ocho siglos.
Es un túnel subterráneo de más de trece metros de largo, dos metros de altura y tan sólo 0,71 de ancho. Está situado en la zona norte del templo y podría datar del siglo XII.
Este pasadizo se relaciona con la condición de catedral-fortaleza del templo abulense de San Salvador, construido entre los siglos XI y XV, de estilos entre románico y gótico, como muestra su ábside de la catedral que se encuentra encajado en uno de los cubos de la Muralla.
El pasadizo secreto se encuentra bajo las capillas de San Nicolás, Los Velada, San Rafael y San Antolín y con este descubrimiento se confirma la antigua leyenda que afirmaba que existía una comunicación secreta y subterránea entre la seo y el antiguo Palacio Episcopal, que está ubicado a pocos metros.
También puede ser que este corredor fuera una "vía de escape".
Otra hipótesis es que pudiera servir para facilitar la entrada de soldados, porque la catedral tenía una "doble función" como templo y como castillo o fortaleza hasta el siglo XVII, fecha en la que también cae el desuso del pasadizo.
Entre los canónigos de la catedral siempre se hablaba de la existencia de este corredor en la parte norte del edificio.
Este descubrimiento se debe al recientemente fallecido Andrés Sánchez, canónigo archivero durante 35 años. Estuvo preparando una serie de artículos dedicados a los misterios de la catedral y tuvo conocimiento de la posible existencia del pasadizo.
Comenzó a investigar a principios de febrero en el entorno de la escalera de caracol, junto a la capilla de Los Velada o del Sagrado Corazón, donde se abre una saetera (ventana alargada y estrecha para iluminar y ventilar espacios pequeños, como unas escaleras) a ras de suelo que precisamente proporciona iluminación y ventilación al pasadizo, que descubrió a finales de ese mes.
El pasillo subterráneo tiene pilastras de granito, bien acabado y con rasgos románicos. Se divide en tres tramos. El primer tramo tiene 2,85 metros de longitud, el segundo 2,40 y el tercero, el más largo e inaccesible por el momento, cuenta con ocho metros de largo, en cuyo espacio se han encontrado escombros con restos humanos -dos cráneos y una tibia al menos-, pertenecientes al parecer a unas tumbas antiguas ubicadas en la antigua capilla de los Velada.
El trazado del pasadizo se adapta a la planta de los muros, desde la capilla de San Nicolás hasta el absidiolo de San Antolín. Está construido con sillares de piedra caleña teñida de rojo, alternando con granito gris y encintados con mortero de cal.También se ha descubierto una segunda saetera ubicada en la capilla de San Nicolás, muy cerca del lugar donde se abre la escalera de caracol que da acceso al cimorro y que ha revelado también el acceso al pasadizo.
Este corredor podría comunicar con el antiguo Palacio Episcopal –habitado hasta el siglo XVIII-, ubicado en el entorno de la actual Biblioteca Pública, donde también se encontraba la antigua Casa de Canónigos, o el Episcopio, único edifico civil románico de la ciudad que pudo ser, en el siglo XII, casa taller del maestro Fruchel, encargado de realizar la cabecera y la girola de la Catedral y quien pudo ser autor también de este pasadizo.
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