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Ludwing - El rey loco - Luis II de Baviera

Luis II de Baviera - Luis Wittelsbach, que viene de su nombre Ludwing Otto Frederik Wilhelm.

Nació en Baviera el 25 de agosto de 1845, fue un príncipe bávaro de la Casa de Wittlelsbach y rey de Baviera de 1864 a 1866 con el nombre de Luis II de Baviera.

Hijo del rey Maximiliano II de Baviera y la princesa María de Prusia.

Ludwing, apodado el rey loco, fue muy consentido por ser el heredero aunque al mismo tiempo era controlado de manera muy severa y sometido a un estricto régimen de estudio y ejercicios.

Dícen algunos biógrafos que el que Ludwing fuera tan excéntrico se debía a la presión de haber crecido en la Familia Real.

En su juventud tuvo muchos momentos felices, como las visitas a Hohenschwangau y al lago Starnberg con su familia.
Cuando era adolescente tuvo un buen amigo que era su ayuda de campo, un aristócrata muy apuesto y actor llamado Paul Maximilian Lamoral de Thurn y Taxis, que era miembro de una de las familias más ricas de Baviera.

Cabalgaban juntos y leían poesía en voz alta, representaban muchas escenas de las óperas románticas de Richard Wagner, del que Ludwing era seguidor.

El joven heredero también tenía una relación de amistad con su prima, la duquesa Isabel de Baviera, más conocida como Sissí. Los dos amaban la naturaleza y también la poesía.

En la intimidad se llamaban "Águila" (Luis) y "Cisne" (Isabel - Sissí). Se ha insinuado en muchas ocasiones que los dos mantuvieron una relación sentimental, pero no hay ninguna prueba de ello y todo parece indicar que es una leyenda o mito.

Sin embargo, la relación de amistad que mantenía con su mejor amigo se rompió en el momento en el que Paul se empezó a interesar por las relaciones sentimentales y por las mujeres.

Tiempo después, Luis II de Baviera sucedió a su padre, el rey Maximiliano II de Baviera, en el año 1864, cuando sólo tenía 18 años.


En los ideales del joven rey estaban los de reconciliar a los estados alemanes y crear un reinado absoluto.

Surgieron los problemas muy pronto, por un lado habían expectativas de engendrar al que sería el futuro heredero y por otro, las relaciones con Prusia.

Luis II se comprometió con la princesa Sofía, su prima y hermana menor de Sissí.

El enlace fue postpuesto varias veces y finalmente Luis anuló el compromiso, Sofía se casó poco tiempo después con el duque de Alençon, posteriormente fallecía en un incendio.

Luis II aceptó un tratado de defensa mutua con los prusianos en 1867, después de ser derrotado, a pesar que tenía una alianza con Austria en la Guerra de las Siete Semanas contra Prusia.

Baviera tuvo que ser aliada de Prusia como consecuencia de este tratado en la Guerra Franco-prusiana.

Otto von Bismarck persuadió a Luis de la idea de un imperio alemán por lo que la independencia de Baviera no podía ser.

Luis II se fue retirando cada vez más de la capital constitucional, Múnich, por la desilusión de gobernar en su época. En la capital debía de residir como mínimo unos meses al año y él cumplía extrictamente lo exigible, haciendo que sus ministros se dirigieran al castillo de Neuschwanstein, donde residía habitualmente, para firmar leyes, propuestas y todo tipo de documentos. El impresionante castillo que en la actualidad es uno de los lugares más visitados del mundo y el más visitado de Alemania es de una majestuosidad increíble.


Castillo Neuschwanstein

Luis, a través de su reinado, tuvo algunos amores con hombres muy apuestos, incluyendo a su principal caballerizo de casa real Richard Hornig, la estrella del teatro húngaro José Kainz y el cortesano Alfons Weber.

En 1869 empezó a escribir en un diario todos sus pensamientos mas profundos y habló de sus tentativas de suprimir sus deseos sexuales y mantenerse fiel a sus principios católicos.

En la II Guerra Mundial se extraviaron los diarios originales del monarca y lo único que existen son copias que se sacaron antes. Estos escritos copiados de aquel diario, junto con otras cartas privadas y otros documentos personales que han sobrevivido sugieren que Luis II luchaba contra su homosexualidad.

Existe el rumor de que su familia quería arrebatarle el trono, por lo que la estrategia fue que el monarca se declarara incapacitado para gobernar.

Era muy excéntrico, pasó sus últimos días bajo atenció psiquiátrica.

Murió en extrañas circunstancias en el lago de Starnberg el 13 de junio de 1886. Aquel día al anochecer, Luis pidió pasear con su médico-psiquiatra Gudden, que le había diagnosticado una Esquizofrenia paranoide. El médico aceptó y le dijo a los guardias que no les siguiesen porque confiaba en Luis y a la recuperación que había tenido recientemente.

Nunca volvieron y fueron encontrados ahogados dentro del lago Starnberg, a las 23.30 de la noche.

La muerte del monarca y su médico estuvo bajo sospecha porque además de ser extraña, Luis era un gran nadador y se dice que fueron dos hombres los que "amablemente" le acompañaron hasta el lago.

Otra versión de la historia dice que la propia construcción del castillo Neuschwanstein desmonta la supuesta locura del rey y que seguramente fue una distorsión de su figura a posteriori realizada por los que le robaron el trono.

La construcción de este impresionante castillo, en el que Luis exigió que tanto los materiales para construirlo como los trabajadores fueran bávaros, desarrolló una poderosa artesanía que hace que, al día de hoy, Baviera siga siendo uno de los enclaves industriales más poderosos de Alemania.

Luis II dejó un legado muy importante, tres grandiosos castillos: Linderhof, Neuschwanstein y Herrenchiemsee.

Castillo Linderhof

Castillo Herrenchiemsee

En el lugar de su muerte se construyó una pequeña capilla en la que se realiza una ceremonia en recuerdo del rey cada 13 de junio.

El monarca fue enterrado en la Iglesia de San Miguel en Múnich, pero su corazón se encuentra en la Iglesia de la Imagen Milagrosa de Altötting, como mandaba la tradición de los reyes bávaros.

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