Estában de excursión por las cercanías de Johanesburgo - Suráfrica, buscando restos del pasado.
Había pasado poco tiempo en el lugar que habían elegido para rastrear, cuando el niño exclamó: "¡Un fósil!".
El niño está claro que no supo el animal que era, pero su padre sí, había encontrado una clavícula. Cuando dio la vuelta al bloque de piedra que había encontrado su hijo con el fósil, encontró otro, una mandíbula con un canino y eran de homínido, el máximo trofeo para un paleoantropólogo como él.
Se hicieron expediciones posteriores en la zona, estudios minuciosos y musos meses de trabajo para poder extraer los antiguos huesos de los bloques en que estaban incrustados.
Han logrado sacar a la luz dos esqueletos parciales fosilizados de hace aproximadamente 1.8 millones de años.
Uno de ellos es de un niño o adolescente de entre 10 y 13 años, que fue el que encontró Matthew y el otro que se descubrió en septiembre de 2008 es de una hembra de veintitantos años.
Combinan los rasgos antiguos y modernos. Los científicos afirman que son una especie nueva de homínidos desconocida hasta el momento y que ellos han bautizado como Australopithecus sediba.
Berger y sus colegas plantean que esta especie podría encajar en la línea ancestral humana, representando una transición entre los antiguos australopitecos y los primeros individuos del género Homo.
Otros expertos que ya han visto los nuevos fósiles, (60 científicos) prefieren situar al Australopithecus sediba como una rama lateral extinguida a la línea evolutiva humana.
Lo que sí es importante es que el hallazgo es sensacional, en eso coinciden unos y otros, ya que proporciona una rica información sobre los ancestros del hombre hace dos millones de años.
"Estos fósiles nos dan una visión extraordinariamente detallada de un nuevo capítulo de la evolución humana, convirtiéndose en una ventana abierta hacia un período clave en el que los homínidos hicieron el crítico cambio desde su dependencia de la vida en los árboles a la vida en el suelo", explica Berger (Universidad Witwatersrand, Suráfrica). "A.sediba presenta un mosaico de rasgos de un animal que se siente cómodo en los dos mundos".
Estos dos esqueletos de Australopithecus sediba (que significa manantial o fuente en la lengua Sotho de la región), se presentan en la revista Science, que ha rechazado el nombre del joven Matthew entre los firmantes del artículo oficial.
En el mismo yacimiento han encontrado más huesos fósiles, al menos de otros dos individuos, un niño y otra mujer de la misma especie que el anterior, pero todavían no han acabado de estudiarlos y no se dan a conocer de momento.
Los dos que sí se han presentado de la hembra y el joven con los esqueletos bien conservados medirían 1,27 metros (aunque el chico seguramente crecería todavía más) y ella podría pesar 33 kilos, él 27.
Tenían un cerebro pequeño (unos 420 ó 450 centímetros cúbicos frente a los 1.200-1.600 centrímetros cúbicos del nuestro), los dientes caninos pequeños, brazos largos, manos fuertes, pelvis avanzada y extremidades inferiores largas.
Caminaban y seguramente corrían erguidos. Los fósiles han sido datados mediante diversas técnicas en 1,95 y 1,78 millones de años.
De la cronología y estudio del entorno del yacimiento se ha ocupado un equipo dirigido por Paul Dirks, de la Universidad de James Cook - Australia.
Uno de los cráneos está todavía incrustado partialmente en un trozo de roca, pero los investigadores han decidido no extraerlo porque corren el riesgo de que se pueda romper, pero lo han podido estudiar con escáner y han obtenido de esta manera una reproducción óptima.
Berger y Dirks empezaron su investigación explorando, con la ayuda de Google Earth, una zona de cuevas, Malapa, cerca de Johanesburgo. El fósil que encontró Matthew y el resto estaban en cavidades con sedimentos, y los investigadores han reconstruido el escenario de la muerte de aquella hembra y aquel joven hace casi dos millones de años. Debieron caer, junto con otros animales, a una cueva profunda y luego fueron arrastrados hasta un lago subterráneo. Tal vez era una época de sequía y los animales se acercaban al agua. Los esqueletos, al estar fuera del alcance de animales depredadores, se conservaron muy bien. Por la disposición de los fósiles en el sedimento, los expertos no descartan que los dos homínidos murieran a la vez o muy cerca en el tiempo.
Australopithecus sediba entra directamente en los libros y en los debates de los paleontólogos acerca de la evolución de las especies ancestrales humanas. Estos fósiles tienen aproximadamente un millón de años menos que el famoso esqueleto Lucy, una hembra de Australopithecus afarensis considerada una remota antepasada de la humanidad. Pero 1,9 millones de años tiene el Homo erectus, considerado un antepasado del Homo sapiens, con el que los nuevos esqueletos comparten algunos rasgos. La cuestión es si los individuos de A.sediba son los supervivientes de australopitecos anteriores (A.africanus) que al final se extinguieron, mientras evolucionaban las línea Homo, o si se trata de una especie de transición entre esos australopitecos previos y el H.erectus, como sugieren sus descubridores.
1 comentarios:
Algo extraño de como llegaron y como murieron ojala se llega a saber algun dia
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