El presidente norteamericano Abraham Lincoln tuvo un sueño justo 22 días antes del magnicidio que acabaría con él.
El sueño lo impresionó mucho, tanto que se lo comentó a su esposa y gracias a ella lo conocemos.
Aquella noche, el presidente soñó con unos lamentos y un alboroto que se producía en la Casa Blanca y que lo atraía a la sala oriental de la misma.
Cuando llegaba a la sala, se encontraba con un grupo de personas que la llenaba y muchos militares que velaban un cadáver muy apesadumbrados.
Al preguntar qué ocurría, le respondieron: "el presidente ha sido asesinado".
Lincoln se despierta muy alterado y asustado, aquel día no se imaginaba que sólo le quedaban 22 días de vida.
Si su destino era morir aquel día, pocas cosas se podían hacer para remediarlo, pero, ¿podía haber tenido más cuidado o incluso durante unas semanas no asistir a actos y eso lo habría salvado? Nunca lo sabremos.
El sueño lo impresionó mucho, tanto que se lo comentó a su esposa y gracias a ella lo conocemos.
Aquella noche, el presidente soñó con unos lamentos y un alboroto que se producía en la Casa Blanca y que lo atraía a la sala oriental de la misma.
Cuando llegaba a la sala, se encontraba con un grupo de personas que la llenaba y muchos militares que velaban un cadáver muy apesadumbrados.
Al preguntar qué ocurría, le respondieron: "el presidente ha sido asesinado".
Lincoln se despierta muy alterado y asustado, aquel día no se imaginaba que sólo le quedaban 22 días de vida.
Si su destino era morir aquel día, pocas cosas se podían hacer para remediarlo, pero, ¿podía haber tenido más cuidado o incluso durante unas semanas no asistir a actos y eso lo habría salvado? Nunca lo sabremos.
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