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Galileo y la Iglesia - La Inquisición contra la Ciencia

Galileo era un científico pisano que revolucionó la concepción que hasta esos momentos había sobre el cosmos. En el siglo XVII aquella osadía de Galileo sería duramente castigada por la Iglesia.

Desde Copérnico a Kepler los grandes avances de la astronomía europea a lo largo del siglo XVI se basaban en una concepción muy tradicional de un universo geocéntrico y cerrado en sí mismo. Esta noción del universo se mantendría durante la Antigüedad y la Edad Media.

Fue Galileo Galilei quien recogería las hipótesis y datos de sus predecesores añadiendo resultados de la observación directa del movimiento de los astros. El italiano, gracias al telescopio que él mismo había perfeccionado fue descubriendo fenómenos que eran desconocidos hasta el momento, como los satélites de Júpiter o las manchas de la luna que creaban discordia en cuanto a la descripción que existía de ella de forma tradicional en la historia y en el mundo.

Y fue gracias a todos esos descubrimientos y argumentos matemáticos cuando la idea de que el sol era en realidad el centro del universo, dejaría de ser una simple hipótesis para convertirse en una certidumbre científica que no sería muy aceptada.

Sería entonces cuando muchos adeptos a la tesis tradicional, sobre todo los ligados a la Iglesia, los que tendrían la peor reacción.

Galileo fue denunciado a la Inquisición en el año 1615, la teoría heliocéntrica fue calificada de herética y el Cardenal Bellarmino, que era la personalidad más influyente en esos años en la Iglesia Católica le advertiría que no discutiera ni escribiera sobre la teoría.

El científico hizo caso y estuvo callado durante varios años, obedeciendo al cardenal.

Sin embargo, con el papa Urbano VIII, que era un hombre muy culto con el que Galileo tenía relación desde hacía bastante tiempo, le dio esperanzas al científico de que podría publicar una obra sobre esa teoría.

Y así fue, finalmente Galileo obtuvo la aprobación del papa y su obra recibió las autorizaciones eclesiásticas necesarias, siendo impresa en 1632 en Florencia.

Lo que el científico no esperaba era que el papa cambiara de opinión, seguramente por varias circunstancias políticas Urbano VIII ordenó procesar al científico.

Galileo fue procesado y condenado por la Inquisición a una pena de arresto domiciliario perpetuo y de por vida.

Murió años después amargado y ciego, pero antes de se ocupó de escribir una nueva obra matemática que sería publicada en el extranjero posteriormente.

2 comentarios:

Mamen O. dijo...

Manda narices que aún hoy en día, la ciencia tenga que andar peleando con la iglesia en los tiempos que vivimos, y que un señor vestido de blanco decida que un preservativo no vale para paliar el sida cuando está demostrado por toda una comunidad científica.
Además es curiososo la influencia que siguen teniendo en la gente llegando al colmo de los colmos cuando un farmaceútico se niega a vender una píldora porque la considera abortiva, etc, etc. Así somos.

Lou dijo...

Hola Mamen, pues sí, es increíble. Ese es el gran error que comete la iglesia, independientemente de que seas o no católico, no es normal que en las fechas en las que estamos sigan con la misma y negando lo que la ciencia tiene más que demostrado. Deberían de cambiar su postura en muchas cosas y al final tendrán que hacerlo. Besos!!!

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