Más conocido como el megalodón y llamado también tiburón megadiente, tiburón blanco gigante y megalodonte.
Es de la familia Lamnidae, una especie de elasmobranquio lamniforme que vivió hace 20 millones de años, aunque sugieren fechas más tardías para su extinción.
Gracias a los numerosos dientes fósiles, esqueletos y algunas vértebras encontradas en el Caribe - Golfo de México, Florida (Río Peace), río Morgan - California del Sur o en la desembocadura del río Suwannee, conocemos a este superdepredador de entre 12 a 21 metros de longitud y con unos dientes tan grandes como una mano.
Los dientes del megalodón son muy parecidos a los del tiburón blanco actual, pero unos 17 cm. más largo. Por esa razón se ha considerado que hay algún parentesco y seguramente conducta y aspecto entre las dos especies. Para hacer una comparación, los dientes de un tiburón megalodón eran del tamaño de una mano, mientras que los del tiburón blanco actual son del tamaño de un dedo.
Algunos investigadores opinan que las similitudes de megalodón y el tiburón blanco pueden haber sido producto de un proceso de evolución convergente.
Se cree que los megalodones adultos se alimentaban de ballenas y cuando los mares polares se volvieron demasiado fríos para los tiburones, llegó su extinción, permitiendo que las ballenas estuvieran a salvo durante el verano.
Los dientes encontrados fueron analizados y datan de entre 10.000 y 15.000 años de antigüedad, pero seguramente esos dientes estaban fosilizados antes de que la costra de manganeso (acumulada sobre ellos y sobre la que se data su fecha) se desarrollase sobre ellos, por lo que todo indica que su origen es mucho más antiguo.
La mayoría de científicos descarta que pueda existir ningún megalodón superviviente, es para ellos completamente imposible, pero el mito esta ahí como en muchos otros seres que al final han creado leyendas, como por ejemplo, que se hayan descubierto esqueletos y huesos de cachalotes en cuyo interior aparecían dientes de megalodonte incrustados, pero no existe confirmación por parte de los expertos y todo ello se ha considerado una leyenda o mito.
Hay algunos archivos recientes de avistamiento de algunas criaturas semejantes a tiburones y se han interpretado como descripciones de megalodones supervivientes, aunque esas identificaciones son erróneas y esas criaturas seguramente eran tiburones ballena, tiburones peregrino u otros grandes animales. Se ha llegado a creer que podían ser tiburones blancos con un tamaño enorme.
David Stead, un naturista australiano, relató un famoso avistamiento muy divulgado, pero la mayoría de las afirmaciones que contenía eran de fuentes anónimas, por lo que se ha considerado de polo valor o poco creíble.
En el año 1918 recogí la sensación que se había causado entre los recolectores de marisco "forasteros" en Port Stephens, cuando, durante varios días, se negaron a ir a sus caladeros regulares en las cercanías de la isla Broughton.
Los hombres habían estado trabajando en los caladeros situados en aguas profundas cuando un inmenso tiburón de proporciones casi increíbles hizo acto de presencia, levantando una nasa repleta de cangrejos tras otra, y tomando, como los hombres dijeron, "nasas, amarras y todo".
Estas nasas de cangrejos, debe decirse, medían alrededor de 6 pulgadas (1,06 metros) de diámetro y contenían con frecuencia de dos a tres docenas de cangrejos de buen tamaño, cada uno de los cuales pesaba muchas libras. Todos los hombres eran unánimes al afirmar que este tiburón era algo que nunca habrían soñado.
En compañía del Inspector de Pesca local, interrogué a muchos de los hombres de forma muy exhaustiva y todos ellos estuvieron de acuerdo en el tamaño gigantesco de la bestia. Pero las longitudes que ellos proporcionaron eran, en general, absurdas. Lo menciono, no obstante, como indicativo del estado mental en que les había introducido este inusual gigante. Y teniendo en cuenta que éstos eran hombres que estaban habituados al mar y todos los tipos de tiempo, así como a todos los tipos de tiburones. ¡Uno de los miembros de la tripulación dijo que el tiburón tenía por lo menos trescientos pies (90 metros) de largo! ¡Los otros decían que era tan largo como el muelle en el que nos encontrábamos -alrededor de 115 pies (35 metros)!.
Afirmaban que el agua "hervía" en una amplia zona cuando el pez pasó nadando por ella. Estaban completamente familiarizados con las ballenas, que habían visto pasar a menudo en el mar, pero esto era un gran tiburón. Habían visto su terrible cabeza que era "por lo menos tan larga como el suelo del muelle situado en la Bahía de Nelson". ¡Imposible, por supuesto! Pero éstos eran hombres prosaicos y bastante imperturbables, no dados a las "historias sobre peces" ni siquiera cuando hablaban sobre sus capturas. Aún más, ¡sabían que la persona con la que hablaban (yo mismo) había oído todas las historias sobre peces antes! Una de las cosas que me impresionó fue el que todos ellos concordaran en el fantasmal color blanquecino del gran pez.
El Inspector de Pesca de la localidad en esa época, el señor Paton, estuvo de acuerdo conmigo en que aquello tuvo que ser algo realmente gigantesco para poner a estos hombres experimentados en un estado de miedo y pánico...
El megalodón también ha sido protagonista de varias películas de ficción y novelas.
Artículo publicado también en Destylou - Planeta y Destylou - Rarezas
2 comentarios:
Con este pez en las aguas no existiria lugar seguro ni para los portaaviones.
Hola:
Pues sí, jajajaja menos mal que ya no podemos averiguarlo. Es impresionante sólo de imaginarlo
saludos!!
Publicar un comentario