En 1.947, España estaba inmersa en el régimen franquista. Hacía ocho años que había finalizado la guerra civil y los españoles estában atravesando una posguerra llena de miseria y censuras.
El silencio y la ocultación de datos era algo muy habitual, de la misma manera que la pobreza en cada rincón de nuestras ciudades.
La gente se resignaba y se buscaba la vida para poder vivir el día a día en esas nefastas condiciones en que la guerra había dejado el país.
Algunos se veían en la necesidad incluso de rebuscar en la basura para poder llevarse algo a la boca, se pasó mucha hambre.
Cádiz subsistía gracias a algunas empresas en aquella época, la más importante era "Astilleros Echevarrieta Larraiga", que se había convertido en una de las más productivas dentro del sector de construcciones navales a nivel nacional.
MILES DE PERSONAS PERECIERON
El 18 de Agosto de 1.947 - Lunes -, era un día cualquiera, tranquilo, a pocos minutos para que fueran las diez de la noche, con mucha gente en la calle. Los cines de verano estában abarrotados con muchos gaditanos tomando el fresco, ya que por el día el calor era insoportable y esperaban de forma impaciente la llegada del fresquito nocturno por la bajada de temperaturas.
Ajenos a lo que ocurriría, todos vivían un día más. A las 09:55 h. de la noche, Cádiz sufre una gran explosión que envuelve la ciudad en una manta de humo y polvo, dejando el cielo de color anaranjado y más de dos mil edificios afectados por esa terrible explosión.
Nadie sabe lo que ha ocurrido, la conmoción entre los gaditanos es tremenda. Todos comienzan a correr despaboridos y presas del pánico, algunos desesperados emprenden la búsqueda de sus familiares, pero a los pocos minutos, las fuerzas de seguridad ocupan las calles y empiezan a llevar a toda la gente a la playa, según comentaron de forma oficial días después, esperában una segunda explosión que gracias a la intervención de un alto militar, nunca llegó a producirse.
La explosión fue tan grande, que se pudo escuchar en todos los pueblos de la provincia, incluso en Huelva y Sevilla. Nadie sabía lo que había pasado, todo eran especulaciones. Al principio se pensó que podía haber sido una explosión producida por los depósitos de Campsa o en los astilleros, también que algún buque de guerra que se encontrara en el puerto hubiese estallado.
Pronto se supo que había explotado un polvorín que contenía en su interior minas utilizadas en la lucha antisubmarina, que estaban provistas de unos cuatro cientos kilos de trilita dentro, explotando unas 1.065 más o menos.
Pasaron unos días y se empezaron a valorar las hipótesis sobre las causas de la explosión y fueron numerosas teorías las que surgieron. Hoy día, algunas de ellas se sostienen como las posibles causas originarias.
La conjura atómica fue la más alarmante de todas, ya que según esta teoría, la explosión que se originó debido a unos experimentos con armamento atómico que fracasaron.
Consta que la empresa "Echevarría y Larrinaga" tuvo contacto con ingenieros alemanes de la Kriegsmarine en la II Guerra Mundial, para la construcción de un submarino atómico que funcionaba con energía nuclear, además de que esta misma factoría se dedicó a fabricar buques de guerra desde los años 20 para los alemanes.
Otra versión de conspiración habla de un sabotaje por parte del KGB - Servicio de Espionaje Ruso.
Los que defienden esta teoría sostienen que en un plazo de tres meses, España sufre tres explosiones en distintos polvorines, Cádiz, Gran Canaria y el Ferrol.
Todos tienen base de la armada y se posee información de que eran lugares donde los militares alemanes eran vistos con frecuencia.
Aunque sin duda, lo que más llama la atención es que en las tres ciudades se tenía constancia de que por allí deambulaban un matrimonio de origen checoslovaco, se rumoreaba que podían ser agentes del KGB y que después fueron detenidos, juzgados y condenados de una forma que fue totalmente secreta.
El régimen franquista intentó tapar esta tragedia, como hacía con todo y para que la gente se olvidara pronto de lo que había sucedido. Ocultaron datos y requisaron pruebas y fotografías de la tragedia, incluso mantuvieron retenidos durante un mes, a los cuatro fotógrafos que estában en Cádiz en esa época y que no pudieran registrar en imágenes todas las muertes, de hecho, no existe ni una sola fotografía que muestre ningún cadáver de la explosión.
El régimen decía que habían fallecido 152 gaditanos, pero los periódicos hablaban de unas 5.000 personas.
Los testigos recuerdan perfectamente cómo corrían por las calles mareados y aturdidos pisando muertos y heridos sin saber lo que estaba ocurriendo.
Todas esas personas hoy día, aseguran que es completamente imposible que murieran sólo 152 personas, ya que la escena que ellos vivieron, habían visto a cientos de ellos. La nota de humor, si es que pueden ponerla, la dícen como "ahí murió hasta el apuntador" "mas de media Cádiz falleció aquel día".
Una mujer, Catalina, que todavía vive frente al cementerio de San José, relataba que horas después de la explosión estuvieron llegando durante un día entero camiones que iban repletos de cadáveres al cementerio y todos fueron enterrados juntos en una fosa común improvisada. Con los ojos enrojecidos, también recuerda la terrible experiencia que sufrió en el año 1.947, donde perdió a varios familiares cercanos.
Otra persona, José Muñoz, recuerda a cientos de miles de personas sin hogar, las cuales tuvieron que ser alojadas en barracones y tiendas de campaña mientras rehabilitaban algunos edificios o se les buscaba alojamiento. Algunos tuvieron que habitar los barracones durante muchos meses, porque la catástrofe arrasó gran parte de la ciudad.
Las zonas que se vieron más afectadas fueron la base de defensa submarina, el barrio de San Seberiano y la casa cuna. La explosión no llegó al centro de la ciudad gracias a las murallas de las puertas de tierra, aunque sus edificios sufrieron daños de poca consideración, se rompieron cristales de ventanas y algunos desperfectos en objetos personales por el temblor que causó la explosión en toda la ciudad.
Hoy día, sigue sin esclarecerse las causas de la explosión de Cádiz, muchos documentos que podrían resolver el enigma fueron literalmente eliminados por el régimen franquista, que como siempre, no dudo en ocultar la verdad al pueblo y acondicionar la situaci´don para que toda la tragedia cayera en el olvido a la mayor brevedad posible. Para muestra, el monumento que asignaron a las víctimas de aquel día, que apenas destaca en Cádiz, de esa manera pasa desapercibido.
Fenómenos inexplicables en Casa Cuna y Cementerio donde se enterraron a las víctimas de la explosión de Cádiz
La casa cuna se fundó en el año 1.621 como un hospicio. Ahora es una oficina de INEM, donde circulan rumores de fenómenos extraños, incluso entre los trabajadores.
Los gaditanos hacen referencia a la Casa Cuna si se les pregunta por fenómenos inexplicables, según ellos ocurren fenómenos paranormales debido a la explosión que se produjo en el 47 y que acabó con la vida de miles de personas, muchas de ellas se encontraban en aquel momento en la Casa Cuna, lugar más afectado junto con el barrio de San Seberiano.
Los rumores son, que se escuchan voces, niños llorar o incluso que las sombras de aquellos que perecieron aquel día allí deambulan por el lugar.
El cementerio de la ciudad, es otro de los lugares donde se comenta que los fenómenos inexplicables se suceden desde la explosión. Allí fue donde se enterraron a la mayoría de los cadáveres y dícen que en la actualidad se producen extrañas apariciones y voces de ultratumba según antiguos vigilantes y empleados actuales.
En el registro de inclusiones psicofónicas, parece ser otro de los detonantes que hacen pensar en la veracidad de estos extraños sucesos donde la tragedia, la muerte, la conspiración y la leyenda, han dejado paso a una triste realidad donde un régimen dictatorial intentó tapar el derecho de un pueblo a conocer la verdad e incluso a velar por sus fallecidos.
El silencio y la ocultación de datos era algo muy habitual, de la misma manera que la pobreza en cada rincón de nuestras ciudades.
La gente se resignaba y se buscaba la vida para poder vivir el día a día en esas nefastas condiciones en que la guerra había dejado el país.
Algunos se veían en la necesidad incluso de rebuscar en la basura para poder llevarse algo a la boca, se pasó mucha hambre.
Cádiz subsistía gracias a algunas empresas en aquella época, la más importante era "Astilleros Echevarrieta Larraiga", que se había convertido en una de las más productivas dentro del sector de construcciones navales a nivel nacional.
MILES DE PERSONAS PERECIERON
El 18 de Agosto de 1.947 - Lunes -, era un día cualquiera, tranquilo, a pocos minutos para que fueran las diez de la noche, con mucha gente en la calle. Los cines de verano estában abarrotados con muchos gaditanos tomando el fresco, ya que por el día el calor era insoportable y esperaban de forma impaciente la llegada del fresquito nocturno por la bajada de temperaturas.
Ajenos a lo que ocurriría, todos vivían un día más. A las 09:55 h. de la noche, Cádiz sufre una gran explosión que envuelve la ciudad en una manta de humo y polvo, dejando el cielo de color anaranjado y más de dos mil edificios afectados por esa terrible explosión.
Nadie sabe lo que ha ocurrido, la conmoción entre los gaditanos es tremenda. Todos comienzan a correr despaboridos y presas del pánico, algunos desesperados emprenden la búsqueda de sus familiares, pero a los pocos minutos, las fuerzas de seguridad ocupan las calles y empiezan a llevar a toda la gente a la playa, según comentaron de forma oficial días después, esperában una segunda explosión que gracias a la intervención de un alto militar, nunca llegó a producirse.
La explosión fue tan grande, que se pudo escuchar en todos los pueblos de la provincia, incluso en Huelva y Sevilla. Nadie sabía lo que había pasado, todo eran especulaciones. Al principio se pensó que podía haber sido una explosión producida por los depósitos de Campsa o en los astilleros, también que algún buque de guerra que se encontrara en el puerto hubiese estallado.Pronto se supo que había explotado un polvorín que contenía en su interior minas utilizadas en la lucha antisubmarina, que estaban provistas de unos cuatro cientos kilos de trilita dentro, explotando unas 1.065 más o menos.
Pasaron unos días y se empezaron a valorar las hipótesis sobre las causas de la explosión y fueron numerosas teorías las que surgieron. Hoy día, algunas de ellas se sostienen como las posibles causas originarias.
La conjura atómica fue la más alarmante de todas, ya que según esta teoría, la explosión que se originó debido a unos experimentos con armamento atómico que fracasaron.
Consta que la empresa "Echevarría y Larrinaga" tuvo contacto con ingenieros alemanes de la Kriegsmarine en la II Guerra Mundial, para la construcción de un submarino atómico que funcionaba con energía nuclear, además de que esta misma factoría se dedicó a fabricar buques de guerra desde los años 20 para los alemanes.
Otra versión de conspiración habla de un sabotaje por parte del KGB - Servicio de Espionaje Ruso.
Los que defienden esta teoría sostienen que en un plazo de tres meses, España sufre tres explosiones en distintos polvorines, Cádiz, Gran Canaria y el Ferrol.
Todos tienen base de la armada y se posee información de que eran lugares donde los militares alemanes eran vistos con frecuencia.
Aunque sin duda, lo que más llama la atención es que en las tres ciudades se tenía constancia de que por allí deambulaban un matrimonio de origen checoslovaco, se rumoreaba que podían ser agentes del KGB y que después fueron detenidos, juzgados y condenados de una forma que fue totalmente secreta.
El régimen franquista intentó tapar esta tragedia, como hacía con todo y para que la gente se olvidara pronto de lo que había sucedido. Ocultaron datos y requisaron pruebas y fotografías de la tragedia, incluso mantuvieron retenidos durante un mes, a los cuatro fotógrafos que estában en Cádiz en esa época y que no pudieran registrar en imágenes todas las muertes, de hecho, no existe ni una sola fotografía que muestre ningún cadáver de la explosión.El régimen decía que habían fallecido 152 gaditanos, pero los periódicos hablaban de unas 5.000 personas.
Los testigos recuerdan perfectamente cómo corrían por las calles mareados y aturdidos pisando muertos y heridos sin saber lo que estaba ocurriendo.
Todas esas personas hoy día, aseguran que es completamente imposible que murieran sólo 152 personas, ya que la escena que ellos vivieron, habían visto a cientos de ellos. La nota de humor, si es que pueden ponerla, la dícen como "ahí murió hasta el apuntador" "mas de media Cádiz falleció aquel día".
Una mujer, Catalina, que todavía vive frente al cementerio de San José, relataba que horas después de la explosión estuvieron llegando durante un día entero camiones que iban repletos de cadáveres al cementerio y todos fueron enterrados juntos en una fosa común improvisada. Con los ojos enrojecidos, también recuerda la terrible experiencia que sufrió en el año 1.947, donde perdió a varios familiares cercanos.
Otra persona, José Muñoz, recuerda a cientos de miles de personas sin hogar, las cuales tuvieron que ser alojadas en barracones y tiendas de campaña mientras rehabilitaban algunos edificios o se les buscaba alojamiento. Algunos tuvieron que habitar los barracones durante muchos meses, porque la catástrofe arrasó gran parte de la ciudad.
Las zonas que se vieron más afectadas fueron la base de defensa submarina, el barrio de San Seberiano y la casa cuna. La explosión no llegó al centro de la ciudad gracias a las murallas de las puertas de tierra, aunque sus edificios sufrieron daños de poca consideración, se rompieron cristales de ventanas y algunos desperfectos en objetos personales por el temblor que causó la explosión en toda la ciudad.Hoy día, sigue sin esclarecerse las causas de la explosión de Cádiz, muchos documentos que podrían resolver el enigma fueron literalmente eliminados por el régimen franquista, que como siempre, no dudo en ocultar la verdad al pueblo y acondicionar la situaci´don para que toda la tragedia cayera en el olvido a la mayor brevedad posible. Para muestra, el monumento que asignaron a las víctimas de aquel día, que apenas destaca en Cádiz, de esa manera pasa desapercibido.
Fenómenos inexplicables en Casa Cuna y Cementerio donde se enterraron a las víctimas de la explosión de Cádiz
La casa cuna se fundó en el año 1.621 como un hospicio. Ahora es una oficina de INEM, donde circulan rumores de fenómenos extraños, incluso entre los trabajadores.
Los gaditanos hacen referencia a la Casa Cuna si se les pregunta por fenómenos inexplicables, según ellos ocurren fenómenos paranormales debido a la explosión que se produjo en el 47 y que acabó con la vida de miles de personas, muchas de ellas se encontraban en aquel momento en la Casa Cuna, lugar más afectado junto con el barrio de San Seberiano.
Los rumores son, que se escuchan voces, niños llorar o incluso que las sombras de aquellos que perecieron aquel día allí deambulan por el lugar.
El cementerio de la ciudad, es otro de los lugares donde se comenta que los fenómenos inexplicables se suceden desde la explosión. Allí fue donde se enterraron a la mayoría de los cadáveres y dícen que en la actualidad se producen extrañas apariciones y voces de ultratumba según antiguos vigilantes y empleados actuales.En el registro de inclusiones psicofónicas, parece ser otro de los detonantes que hacen pensar en la veracidad de estos extraños sucesos donde la tragedia, la muerte, la conspiración y la leyenda, han dejado paso a una triste realidad donde un régimen dictatorial intentó tapar el derecho de un pueblo a conocer la verdad e incluso a velar por sus fallecidos.
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