El Monstruo de los Andes es uno de los asesinos en serie más terroríficos de la historia. En su trayectoria criminal se sabe que mató a más de 300 niñas.
Nació en Tolima - Colombia en 1948. Era el séptimo hijo de trece hermanos. Su infancia fue muy violenta por los tratos de su madre, que era prostituta y llevaba un estricto control sobre sus hijos, además de la notoria ausencia de su padre. Cuando tenía 8 años, en el año 1957, su madre lo sorprendió manteniendo relaciones sexuales con su hermana menor, por lo que lo tiró de su casa. Estuvo viviendo en estado de indígena como gamín en Bogotá y abusaron de él sexualmente.
Una familia americana lo adoptó cuando tenía 12 años, pero tampoco estuvo mucho tiempo con ellos, ya que un profesor lo volvió a agredir sexualmente y Pedro se vio obligado a huir y volver a las calles. A los 18 años, en el año 1969, lo encarcelaron por hurto y también sufrió abusos por parte de tres presos mientras cumplía condena. A partir de aquel momento decidió no volver a ser nunca más la víctima, convirtiéndose desde ese momento en el más terrorífico de los verdugos. Comenzó asesinando a los tres presos unos días después, algo por lo que no recibió condena, porque las muertes fueron declaradas en defensa propia.
Siguió en la cárcel unos años más, hasta 1978. Al obtener la libertad, emigró a Perú inmediatamente, donde empezó a atacar a jóvenes indígenas que vivían en provincias apartadas.
En aquellas apartadas aldeas, confesaría más tarde que llegó a matar a 100 jóvenes, pero nunca se ha podido comprobar si fueron más, ya que las zonas eran muy apartadas y fue difícil inculparle de más muertes.
Los indígenas Ayacucho lo capturaron cuando intentaba secuestrar a una niña de 9 años e intentaron lincharle, pero un sacerdote y la policía lo evitaron.
Fue deportado a Ecuador y allí continuó con su actividad matando a unas 4 personas por semana.
En abril de 1980, se encontraron los cadáveres de cuatro niñas y ahí comenzó la investigación formal sobre los crímenes.
Pocos días después fue capturado por la comunidad en la ciudad de Ambato, en Ecuador, cuando intentaba secuestrar a otra niña de 12 años.
Fue arrestado y llevado a la comisaría, donde se negó a hablar durante varios días.
Le encomendaron al sacerdote Córdoba Gudino entablar amistad con él para ver si lograba hacerlo confesar. Después de algunos interrogatorios, confesó sus crímenes, reconociendo que había asesinado a más de 300 personas en Colombia, Ecuador y Perú.
El Monstruo de los Andes explicó que primero violaba a sus víctimas y después las estrangulaba mientras las miraba fijamente a los ojos.
Según decía, quería alcanzar el placer total de la excitación más profunda.
López llevó a los investigadores a un potrero cerca de Ambato y allí hallaron 53 cadáveres de niñas entre 8 y 12 años, sumando 57 muertes verificadas.
Dijo otros lugares, pero allí no se encontraron cadáveres.
Permaneció en una prisión de Ecuador hasta 1998, momento en el que fue entregado a las autoridades colombianas que habían pedido su extradición.
Se escapó y nunca más se ha vuelto a saber su paradero. ¿Cuantas muertes más habrá que sumarle al "Monstruo de los Andes"?
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