Segunda Defenestración Praga |
Fue entre los años 1618 y 1648, causada por grandes intereses de las potencias más importantes y también por conflictos religiosos. Aquella larga y destructiva contienda quedaría para la historia como una de las peores guerras jamás conocida.
Murieron millones de personas, sobre todo alemanes. Violaciones, matanzas, saqueos. La brutalidad y salvajismo de aquella guerra hizo pensar mucho y preguntarse "hasta dónde podía llegar la maldad del ser humano".
Los católicos y protestantes se odiaban entre sí, habían muchos intereses entre las grandes monarquías de la época que finalmente hicieron que en 1618 comenzara la gran guerra en Alemania.
Alemania estuvo sumida en una guerra de tres decenios con lo que ello conlleva, destrucción por la acción de los ejércitos y miles de muertos. El país también combatía entre sí, arrasando ciudades y pueblos enteros.
Todo comenzó en mayo de 1618, cuando la élite protestante del reino de Bohemia se rebeló contra la política católica del Imperio en la que fue llamada "defenestración de Praga".
La defenestración es el acto de tirar a personas por la ventana. Aquel año, la aristocracia bohemia se había revelado desde que el duque de Estiria, Fernando, había sido elegido. Fernando era muy católico y con aquella elección se convirtió en Emperador del Sacro Imperio Romano - Germánico, lo que incluía Bohemia.
Sería el 23 de mayo de 1618 cuando varios de aquellos aristócratas cogieron a dos gobernadores imperiales y a un escriba, arrojándolos por las ventanas del castillo cayendo sobre una montaña de estiércol, aunque esto es una leyenda y según otras teorías, ninguno de ellos resultó herido de gravedad porque las prendas que llevaban en la época amortiguaron la caída.
A lo largo de la historia han ocurrido otras defenestraciones, como la de 1419, que sería imitada en 1618 y fue otra gran revuelta de la historia de Bohemia (República Checa). Sin embargo, lo sucedido en 1618 tuvo consecuencias que seguramente los causantes de la defenestración no hubieran imaginado jamás, ya que aquel acto desencadenaría un conflicto bélico destructivo que se convertiría en el peor de toda la historia de Europa, la Guerra de los Treinta Años.
En esa guerra, la población alemana sufrió asedios, saqueos de aldeas y ciudades, sabotaje económico y sobre todo mucha hambre. Los años que duró y la brutalidad que caracterizó aquella casi interminable guerra era en realidad la cultura bélica que había en la época, siendo una de las más devastadoras tanto para Alemania como para toda Europa.
Aquel conflicto fue tan brutal, feroz y salvaje que alcanzó dimensiones desconocidas, inauditas e inhumanas que hicieron pensar hasta dónde podía llegar la raza humana y lo malvado que se podía llegar a ser.
Los soldados abusaban indiscriminadamente de los campesinos. Los mandos más altos tenían el convencimiento de que debían de financiar la guerra apropiándose de terrenos, pero era tal la brutalidad con la que actuaron, que arrasaron con todas las propiedades y sus cosechas, privándose ellos mismos del sustento.
Otra de las brutalidades cometidas por los ejércitos era la presión a esos campesinos, muy odiada por su salvajismo para alistarlos al ejército por la fuerza, el lema era "O soldado, O ahorcado".
Las mujeres eran violadas por las tropas dándoles igual que estuvieran delante de sus maridos o padres, ya que los soldados disfrutaban más todavía con la vergüenza que a éstos les causaba y de todas formas, después todos eran asesinados sin ningún tipo de contemplación.
Otro de los grandes motivos para aquella destrucción masiva fue además de la hambruna, las epidemias, ya que era tanta la falta de alimentos, que la gente consideraba como un manjar a los gatos, perros y ratas, que se convirtieron en piezas de caza muy codiciadas.
La Guerra de los Treinta años fue tan devastadora, que Alemania perdió a más de dos tercios de su población. De los trece millones de habitantes pasaron a cuatro, siendo el peor año de todos el de 1627.
Se destruyeron más de 18.000 villas, 2.000 castillos y unos 1.500 pueblos de Alemania.
Además de Alemania, también se vieron muy afectados Italia y los Países Bajos. Muchas de las grandes potencias de la época quedaron en bancarrota.
La Paz de Westfalia sería la que haría finalizar la guerra. Después de muchas batallas, la "Batalla de Lens en 1648 entre Francia y España sería la que daría lugar a las negociaciones en las que estuvieron Fernando III, emperador del Sacro Imperio Romano, Francia, España, Provincias Unidas, Suiza, Suecia, Portugal y representantes del Papa. La paz de Westfalia en 1648 fue el resultado de estas negociaciones.
Esta guerra marcó el futuro de todo el conjunto de Europa para los siglos posteriores, ya que aunque durara treinta años, aquellos conflictos que la generaron seguirían sin resolverse durante muchísimo tiempo.