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Calígula - El asesinato de un tirano

Es famosa la crueldad del emperador romano Calígula y aunque seguramente se lo imaginaba, nunca pensó hasta que punto se había ido ganando el odio de la mayoría de romanos en sus cuatro años de reinado.

El miedo al emperador, su comportamiento demente, humillante, déspota y sanguinario, hizo que los que tenían que protegerlo hicieran una conjura para acabar con él.

Se rumoreaba que su última esposa Cesonia, podía haberle suministrado una pócima que le habría alterado su personalidad y algunos también creían que estaba enfermo. Fuera lo que fuera, entre los años 39 y 40, el emperador había cambiado demasiado y la crueldad que mostraba hacia los demás también.

El emperador se creía dueño de todo y no sólo se aprovechaba de la clase media y los más desfavorecidos, también de la clase privilegiada romana, que comenzaron a no tener seguridad en cuanto a su patrimonio y riquezas.


Calígula no se detenía ante nada ni nadie y cuando quería obtener los bienes de las clases altas no dudaba en utilizar todo tipo de estratagemas para conseguirlo, como reclamar algunas herencias, juzgar con cualquier pretexto a los que más destacaban por sus riquezas o elevar en demasía los impuestos.

En estos casos, los más pobres aplaudían al emperador porque se enfrentaba a los ricos, pero les duró poco tiempo, al emperador no le quedaba tiempo y él mismo se había fraguado su final.

Fue en aquella época cuando la conspiración contra el emperador comenzó a ser el único remedio a lo que estaba sucediendo, tenían que pararlo de alguna manera.

El historiador Flavio Josefo relató que en esas conjuras contra el emperador intervinieron tres grupos simultáneos de conspiradores: el de Casio Querea, un centurión que por sus hazañas había sido nombrado "El hombre más valiente de Roma", el de Emilio Régulo, defensor de las libertades y el de Anio Viniciano, que ya había estado relacionado en otro intento anterior contra el emperador en el año 39.

Además de estos conspiradores, el emperador no tenía a nadie que estuviera a su favor, incluso sus cortesanos querían y apoyaban su asesinato, por lo que seguramente fueron más personas las que estuvieron de acuerdo en su muerte o formaron parte de una manera u otra.

Pero de todos ellos, Casio Querea fue el que tuvo más participación conspirando, planificando, buscando cómplices para denunciar a Calígula como opresor de Roma y todo el Imperio y asesinándolo, todo ello al parecer, motivado por causas personales. Sin embargo, a la hora de la verdad, sólo pudo contar con Cornelio Sabino, que era otro centurión. Entre los dos planearían todo o casi todo, ya que se cree que el número de conspiradores fue mucho mayor.

El plan era actuar durante los Juegos Palatinos, que habían sido instituidos por Augusto, el primer emperador.

Esos espectáculos comenzaban el 21 de enero de cada año y duraban varios días.

Finalmente fue el 24 de enero del año 41 cuando Calígula se encontraría con su asesino frente a frente.
Todo ocurrió en un corredor muy oscuro, solitario y estrecho que había en el palacio (este corredor fue encontrado por arqueólogos en 2008).

Querea le pidió la contraseña recibida por la mañana y cuando Calígula le iba a responder, éste levantó su espada y mientras lo insultaba, lo hirió con violencia entre la clavícula y el cuello.

El emperador intentó escapar, pero Sabino estaba esperándolo y le propinó otro golpe que lo derribó. El resto de conjuradores que estaban presentes aprovecharon la ocasión para seguir golpeándolo con sus armas, mostrando la ira que sentían hacia él.

Después intentaron huir todos, a muchos los atraparon y mataron allí mismo, otros fueron perseguidos por las estancias y pasadizos de palacio.

Tras su muerte, su tío Claudio que se encontraba en palacio escondido sería proclamado emperador.

Claudio acusó a Casio Querea de la muerte de su sobrino por motivos personales y por ello ordenó su ejecución.

3 comentarios:

Luix dijo...

Sepan ustedes que el Sr. Claudio no se quedaba muy atrás, era un gran amante de los juegos y hay un detalle; se paseaba por los sótanos del circo romano y ver a los heridos, sobre todo a los moribundos, le fascinaba observar cómo agonizaban hasta la muerte....

Eran otros tiempos...

Saludos:-)

Lou dijo...

Hola Luix, antes había demasiada crueldad, se divertían haciendo salvajadas con la gente.

Saludos!!

Mirza dijo...

Desde los inicios del Imperio Romamo los complots se fueron sucediendo con cada emperador, que no es muy distinto a lo que ocurre en nuestros dias.

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