Hitler presionó a Austria para la unificación con Alemania (el Anschluss) el 12 de marzo de 1938 e hizo una entrada triunfal en Viena el 14 de marzo. Después le siguió la intensificación de la Crisis de los Sudetes en la zona de habla alemana de Checoslovaquia, conocida como Sudetes. Esto, condujo al Acuerdo de Múnich de septiembre de 1938, que autorizó a la anexión y ocupación militar inmediata de estos distritos por parte de Alemania.
Como resultado de esta cumbre, la revista Time proclamaría a Hitler como el Hombre del Año de 1938.
Neville Chamberlain, Primer Ministro británico, saludó este acuerdo como la "paz en nuestro tiempo", pero al dar forma a las exigencias militares de Hitler, Gran Bretaña y Francia también abandonaron Checoslovaquia entregándosela a Hitler.
El 15 de marzo de 1939, Hitler ordenó la entrada del ejército alemán en Praga, tomando el Castillo de Praga y de Bohemia y proclamando un protectorado alemán en Moravia.
Después, Hitler emite quejas a la ciudad libre de Danzig y el corredor polaco (la Crisis de Danzig), que fue cedida por Alemania en virtud del Tratado de Versalles.
Gran Bretaña no había llegado a ningún acuerdo con la Unión Soviética para una alianza contra Alemania y el 23 de agosto de 1939, Hitler firmó un pacto secreto de no agresión (el Pacto Molotov-Ribbentrop) con Stalin, en el que acordaron la probable partición de Polonia entre la Unión Soviética y la Alemania nazi.
Gran Bretaña y Francia le habían garantizado asistencia a Polonia, por lo que le declaran la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939, pero no actuaron de inmediato.
El 17 de septiembre de 1939, las fuerzas de la Unión soviética invadían Polonia Oriental.
Hitler reconstruye sus fuerzas durante esta guerra. En abril de 1940, ordena a las fuerzas alemanas la marcha sobre Dinamarca y Noruega. En mayo de 1940, Hitler ordena atacar Francia y la conquista de los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica.
El 22 de junio de 1940 Francia se rindió ante Alemania.
Cuando Mussolini vio todas las victorias de Hitler, se unió a la guerra a su lado en mayo de 1940.
Gran Bretaña había derrotado en Francia a los evacuados de la ciudad costera de Dunkerque y continuaron luchando junto a las fuerzas canadienses en la batalla del Atlántico. Después de algunas gestiones en pro de la paz sistemáticamente rechazadas por el gobierno británico, que conducía Winston Churchill, Hitler ordena los bombardeos sobre las Islas Británicas, dando lugar a la Batalla de Gran Bretaña, preludio de la ya prevista invasión alemana.
Los ataque comenzron por las bases de la Real Fuerza Aérea y la protección de las estaciones de radar al sudeste de Inglaterra, pero la Luftwaffe no derrota a las fuerzas británicas.
Como la superioridad aérea para la invasión, denominada Operación Sealion, no estaba asegurada, Hitler ordenó bombardeos nocturnos por varias ciudades británicas, incluyendo Londres y Coventry, además de otros bombardeos diurnos.
No habían conseguido doblegar a Inglaterra, cuando el 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la Unión Soviética, rompiendo de esa manera el pacto de no agresión que Hitler había firmado dos años antes con Stalin.
Esta invasión, llamada Operación Barbarroja, estaba estimada para que durara pocos meses. Invadieron territorios grandes, incluyendo los Estados Bálticos, Bielorrusia y Ucrania, además de rodear y destruir muchas fuerzas soviéticas. Pero los alemanes debido al atraso de cuatro meses por las operaciones en Grecia y Yugoslavia, no consiguieron llegar a Moscú en diciembre de 1941 por la llegada del entonces general Zhukov, por lo que la invasión no logró el triunfo rápido que quería Hitler.
El 11 de diciembre de 1941, Hitler firmó la guerra contra Estados Unidos, cuatro días después del ataque del Impero de Japón a Pearl Harbor en Hawái. Este paso, según muchos historiadores fue un grave error táctico y político, porque puso en su contra a una coalición que incluía el imperio más grande del mundo, el británico, el más grande del mundo industrial y financiero, Estados Unidos y el ejército más grande del mundo, el soviético.
Las fuerzas alemanas fueron derrotadas en la Segunda Batalla de El Alamein a finales de 1942, frustrando los planes de Hitler para aprovechar el Canal de Suez y el Oriente Medio.
En febrero de 1943, la batalla de Stalingrado acabó con el cerco y la destrucción del 6º Ejército Alemán. Después llegaría la gigantesca Batalla de Kursk donde se enfrentaron 1.300.000 rusos, con 3.600 tanques, 20.000 piezas de artillería y 2.400 aviones, frente a los 900.000 alemanes, 2.700 tanques y 2.000 aviones.
El plan militar de Hitler se volvió cada vez más errático desde Stalingrado, los rusos comenzaban a avanzar obligando la retirada de las fuerzas alemanas y la situación económica interna de Alemania se deterioró gravemente.
En 1943, después de la invasión aliada de Italia (Operación Husky), Mussolini fue depuesto por Pietro Badoglio, que se rindió a los Aliados.
La Unión Soviética, a lo largo de los años 1943 y 1944 forzaron a los ejércitos de Hitler a retroceder a lo largo del Frente Oriental.
El 6 de junio de 1944, los ejércitos aliados desembarcaron en el norte de Francia, en la Operación Overlord, que ha sido la operación anfibia más grande jamás realizada.
Dentro del ejército alemán, los más realistas sabían que la derrota era inminente e inevitable y algunos oficiales hicieron un plan para deponer a Hitler del poder.
En julio de 1944, uno de ellos, el ex-oficial de observación de artillería del mariscal Erwin Rommel, Claus von Stauffenberg, coloca una bomba plantada en uno de los cuarteles generales de Hitler, la Wolfsschanze (La Guarida del Lobo), en Rastenburg, pero no consigue acabar con la vida de Hitler. Este intento de atentado fue de uno de los que estuvo más cerca de acabar con Hitler.
Hitler, después de este fallido atentado contra su vida, ordenó represalias salvajes y persecución implacable por parte de la SS. Se ejecutaron a más de 4.900 personas, muchas de ellas por inanición en régimen de aislamiento seguido por estrangulación lenta.
El movimiento principal de resistencia fue destruido, aunque pequeños grupos aislados seguían funcionando.
Pero ese atentado sufrido aquel 20 de julio de 1944, dejó secuelas progresivas en el dictador, que lentamente fueron afectando su raciocinio, desenvolvimiento y dominio de situaciones. También experimentó un deterioro en su salud, su mano izquierda temblaba. El biógrafo Ian Kershaw y otros, creen que pudo haber sufrido una enfermedad de Parkinson.
También se sospechó, por alguno de los síntomas que tenía, que pudo haber padecido sífilis, pero las evidencias son muy pocas para apoyar esta teoría.
Hitler, en su búnker subterráneo bajo las ruinas de Berlín, contrajo matrimonio con su amante Eva Braun en los últimos días de la guerra.
Su ejército era invadido por el soviético y finalmente fue derrotado.
Hitler y su esposa Eva Braun se suicidaron y después sus cadáveres fueron incinerados. El dictador quiso impedir de esta manera ser arrestado y posteriormente juzgado, aunque son muchas las hipótesis que avalan que Hitler se escapó a cualquier país del mundo y que nunca murió.
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