Aunque estos hechos han sido recientes, Dominique Cottrez ya ha pasado a la historia por ser la causante del mayor infanticidio de la historia de Francia.
Enfermera de profesión, tuvo dos hijas y no quiso volver a pasar por la experiencia de criar más hijos, por lo que decidió matarlos nada más nacer.
Esta macabra historia comenzó pasado 24 de julio de 2010.
Una pareja había comprado una vivienda hacía poco tiempo y estaban arreglando el jardín y plantando flores y árboles. Al hacer uno de los agujeros se toparon con dos bolsas de plástico en las que habían restos de huesos humanos.
Llamaron a la policía para avisar del hallazgo y a partir de ese momento se conocería una de las historias más escabrosas de Francia.
La vivienda había pertenecido a un matrimonio de ancianos que habían fallecido hacía varios años, pero pronto dieron con la heredera de aquel inmueble, Dominique Cottrez, que vivía muy cerca de allí.
Dominique Cottrez tiene 47 años y es la esposa de uno de los concejales de la localidad, Pierre-Marie Cottrez, que además es carpintero.
Ante la policía confesó que la propiedad donde la otra pareja había encontrado la bolsa con restos humanos era una antigua propiedad de sus padres y que esos huesos pertenecían a dos de sus hijos y que además, tenía a otros seis bebés enterrados entre el garaje de su casa y en el campo.
La policía comenzó la búsqueda de los otros cadáveres con la ayuda de varios perros especializados y finalmente los localizaron, envueltos también en bolsas de basura.
Con el hallazgo de aquellos restos pensaron que había acabado todo, pero Dominique confesó que quizás habían cuatro cadáveres más, porque con el paso del tiempo había perdido la cuenta y no lo recordaba bien.
Según la infanticida, los asesinatos los había cometido entre 1989 y 2006. También dijo que su marido no sabía nada, a él lo habían detenido en un principio por ocultación pero después lo pusieron en libertad.
Dominique es muy corpulenta y después de realizar varias declaraciones creyeron posible que ocultara los embarazos bajo su sobrepeso y que en realidad su marido no supiera nada.
Incluso el alcalde del pueblo, Patrick Mercier, dijo en varias declaraciones que su marido era alguien muy respetado y que ella salía muy poco, quizás su corpulencia hacía que se sintiera cohibída.
La enfermera dijo que tenía dos hijas mayores de sus dos primeros partos y que incluso tenía nietos, pero que tras los primeros alumbramientos se negó a volver a pasar por lo mismo, no quería volver a criar a niños porque se había quedado traumatizada y por ese motivo decidió que los siguientes que tuviera los asfixiaría al nacer.
Tras aquella declaración le preguntaron por qué no había acudido a médicos para evitar los embarazos, también podía haber tomado precauciones para no quedar embarazada, pero ella dijo que no creía en los médicos porque no habían sido capaces de ayudarla en sus dos primeros partos.
Dominique se encuentra a esperas de juicio y posiblemente sea condenada a cadena perpetua a no ser que los informes psiquiátricos sean favorables a ella y no admitan que era responsable y consciente de sus actos. La juzgarán por "homicidios voluntarios de menores de 15 años".
Estos asesinatos horrorizaron a todos los habitantes de Villers-au-Tertre y se puede decir que a toda Francia. El párroco de la localidad, Robert Meignotte, decía: "Pienso en todos los niños del mundo" y que "no entiende" lo que ha podido suceder.
El párroco puso ocho velas por cada uno de los recién nacidos que habían sido asesinados delante de la casa de Dominique.
"Estoy muy emocionado. Cada domingo bautizo a cinco niños de los 17 pueblos de la parroquia. No se tiran así los niños a una bolsa de basura. No lo entiendo", añadía el párroco.
Villers-au-Tertre es un pueblo de tan sólo 620 habitantes. Describen a Dominique y a su marido como a gente "buena, discreta y sin historias". Los vecinos quedaron muy conmocionados, compartiendo todos ellos la consternación e incredulidad por lo sucedido.
Las personas cercanas a Dominique, así como sus vecinas la veían como a una mujer muy sonriente, amable y gentil, no comprenden lo que ha podido pasar y creen que seguramente había mucho sufrimiento detrás de estos asesinatos.
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